Reencuentros

En un día cualquiera del mes de noviembre, de gran regocijo para los estudiantes, como suele suceder, muchachos meritorios obtienen su “Primer Gran Triunfo”, al recibir el anhelado Diploma de Bachiller.
Pero aquel día de noviembre, al cual nos referimos, es muy singular, porque con la mente y el corazón, nos vamos a remontar al año de 1963, cuando un especial “grupo de muchachos”, que constituían la 6ª Promoción del Colegio, recibían su Título de Bachiller del distinguido rector, insigne pedagogo, don Luis Adriano Beltrán Acuña y doña Aurita.
Así, caso, muy raro, la 6ª Promoción de Bachilleres, en un haz de voluntades nobles, resolvió, en armonía con el Colegio, celebrar en noviembre, el tan especial día de su grado, de hace cincuenta años, con el mismo especial acto.
Diecisiete excelsos bachilleres de los 28 que egresaron, se congregaron emocionados en el Club de Ecopetrol para repetir y recordar la ceremonia de grado, que se conservaba viva en su espíritu caroísta.
Y algo sumatorio muy significativo: hacían presencia, como es lo usual, “los padres de Familia y familiares” de los 22 graduandos.
Y en esta forma, ceñidos con la corona de laurel florido, símbolo del birrete y la toga, cada uno, recibió nuevamente el Diploma de Bachiller, acopio de recuerdos gratos, aspiraciones altruistas, proyecto de vida y exaltación de valores, al igual que cualquier nuevo bachiller.
Uno de los nuevos bachilleres, como se acostumbra, pronunció la oración de estudios, en nombre de sus compañeros, rememoró con sentimientos pletóricos de emoción aquel día inolvidable, felicitó al Colegio porque a través del tiempo y la distancia, continúa incólume, ocupando sitial de honor en el concierto educativo nacional, lo que produjo estruendosos aplausos y felicitaciones.
Interviene el doctor Jaime Sierra Galvis. Felicitaciones sinceras, expresión de sentimientos, complacencia por el acto realizado y exaltación a los padres de familia y familiares con una síntesis reflexiva: los triunfos de los hijos, son también los triunfos de los padres.
Y acto seguido se procede a la entrega del diploma, condecoración con el simbólico Escudo del Colegio que por tantos años portaron y el carné que los acredita como GRADUADO, momento esté indescriptible de exaltación humana, de gran espiritualidad y regocijo sin límites.
Interviene también el señor Rector, para nuevamente felicitarlos, expresarles que el Colegio sigue siendo su casa, recuerda la ceremonia del pasado 26 de noviembre de 2013, cuando se proclamó la promnoción 56 del Plantel, también, con bombos y platillos que resonaron en el ambiente. Y luego, con la promesa a los Bachilleres, se da por terminado el acto con la entonación del Himno del Colegio “Salve Salve Mansión de la Ciencia…”
Y en fin, con el alborozo general, se pasa al ofrecimiento de una copa de vino y el ponqué 50 años y que también quedarán como una dulce evocación y ensueño….