En el marco del proyecto de los valores caroístas, se ha definido Mayo como el mes de la Responsabilidad.
La responsabilidad afectiva y emocional es un componente crucial en la relación educativa, especialmente en el contexto del colegio Miguel Antonio Caro. Este principio implica un compromiso mutuo tanto por parte de los profesores como de los estudiantes para crear un ambiente educativo saludable y constructivo.
Para los profesores, se manifiesta en su capacidad para empatizar con los estudiantes, reconocer y atender sus necesidades emocionales, y fomentar un ambiente de respeto y apoyo. Un profesor en el MAC debe ser consciente de que su actitud y comportamiento tienen un impacto significativo en el bienestar emocional de sus alumnos. Esto incluye ser paciente, comprensivo y capaz de proporcionar
orientación no solo académica, sino también emocional.
Por otro lado, los estudiantes también tienen una responsabilidad afectiva y emocional en su proceso de aprendizaje. Los alumnos deben esforzarse por desarrollar habilidades de autorregulación emocional y empatía hacia sus compañeros y profesores. Esto significa ser respetuosos, considerar las perspectivas de los demás y trabajar en la construcción de relaciones positivas dentro del entorno escolar.
Esta responsabilidad compartida promueve un entorno educativo donde todos los miembros de la comunidad escolar se sienten valorados y apoyados, facilitando así un aprendizaje más efectivo y una convivencia más armoniosa.